La niñez pasó de representar el 38,7 % de la población a solo el 27 % en 2017.
En menos de tres décadas, la estructura demográfica de Áncash ha dado un giro silencioso pero significativo: mientras la población adulta mayor (65 años a más) tuvo un incremento de 56 499 desde 1993 hasta el 2017, la cifra de los menores de 14 años ha disminuido, en 1993 había un total de 369 090 y en el 2017 esta cifra se redujo a 292 189. Esta transición demográfica, evidenciada en los censos del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), plantea nuevos desafíos sociales, económicos y de políticas públicas para la región.
Según el Censo Nacional de 2017, Áncash registró un total de 1 083 519 habitantes, de los cuales 108 360 tienen 65 años o más, es decir, 10,0 % del total. En 1993, ese grupo representaba solo el 5,4 %, lo que significa que la proporción de adultos mayores ha duplicado y sobrepasado la cantidad que representaban el 1993, lo que indica un proceso de envejecimiento poblacional.
Paralelamente, el grupo de niños y adolescentes de 0 a 14 años ha disminuido notablemente. En 1993 representaban el 38,7 % de la población regional; en 2017, solo el 27,0 %. Esto revela una disminución sostenida en la natalidad y en el reemplazo generacional.
El grupo etario más numeroso continúa siendo el de 15 a 64 años, es decir, la población en edad productiva. Este segmento representa el 63% de los ancashinos, con más de 682 960 personas. Aunque este grupo ha mantenido su predominancia, la creciente proporción de adultos mayores empieza a generar presión sobre los sistemas de salud, pensiones y cuidados a largo plazo.
Por sexo, la cifra de mujeres es mayor a la cifra de varones desde 1993, una tendencia que se mantiene hasta 2017. Sin embargo, el envejecimiento es más notorio entre ellas: el 10,5 % de las mujeres tiene 65 años a más, frente al 9,5 % de los hombres.
Esta transformación responde a múltiples factores: mejoras en el acceso a la salud, descenso sostenido en la fecundidad, migración interna de jóvenes hacia otras regiones y un paulatino aumento de la expectativa de vida.
No obstante, el envejecimiento poblacional conlleva retos urgentes. El sistema de salud pública en Áncash aún no está preparado para atender de manera integral a una población que envejece rápidamente. Además, se requieren políticas públicas para garantizar pensiones, servicios sociales, programas de inclusión y atención domiciliaria para esta nueva realidad demográfica.
Con menos niños y más adultos mayores, Áncash está entrando en una etapa de transición que exige planificación. Si no se anticipan soluciones, el desequilibrio podría afectar el desarrollo regional en los próximos años.
Redactora: Jimena Meléndez Mejía
Editor: Daniel Castillo Haro