En San Luis, los vecinos de zonas como La Perlita y San Felipe siguen enfrentando diariamente una realidad preocupante al cruzar las pistas. Por lo que, los cruces de dichas zonas son muy transitadas y ya han ocurrido accidentes en años anteriores, sin embargo, en lugar de implementar una solución adecuada como la instalación de semáforos, la municipalidad distrital optó por colocar una planta decorativa en la intersección de San Felipe.
El gesto simbólico no basta. No es ornamento lo que se necesita, sino acción efectiva para prevenir nuevos accidentes. Es urgente que las autoridades locales dejen de maquillar el problema con medidas estéticas y empiecen a tomar decisiones que prioricen la seguridad de los ciudadanos.
Como bien lo señaló la vecina Marina Castro Palma, la falta de semáforos no solo refleja abandono, sino que también “genera inseguridad al cruzar las pistas y pone en peligro la vida de las personas, más que todo de los niños”. Y no exagera. En zonas donde circulan vehículos a gran velocidad y no hay control del tránsito, quienes más se exponen son precisamente los escolares y los adultos mayores.
Desde el 2022 ya se han registrado choques en estos puntos. ¿Cuántos más deben ocurrir para que se tomen medidas reales? La seguridad vial no puede seguir siendo postergada. Un semáforo puede parecer una obra simple, pero en estos sectores representa la diferencia entre un cruce seguro y una tragedia anunciada.
Los moradores de San Luis merecen una planificación urbana con enfoque humano. Las decisiones deben partir de las necesidades reales de los vecinos, y no del afán de aparentar gestión con intervenciones decorativas.

Redactora (Artículo de Opinión): Huanilo Quisquiche Anhely.
Editor: Rodríguez Mercedes Jorge.