La salud mental no siempre se ve, pero se siente. Se manifiesta en cambios de humor, dificultades para dormir, en la forma de relacionarnos con los demás o en cómo enfrentamos problemas cotidianos. Cuidarla no significa estar feliz todo el tiempo, sino poder estudiar, trabajar, convivir y adaptarse a los retos de cada día.
En el caso de niños y adolescentes, los problemas de salud mental suelen pasar desapercibidos hasta que las señales se vuelven demasiado evidentes. “Las principales alertas son cambios en las actividades comunes y reacciones que no son propias de la persona”, explica Paola Miranda Polo, jefa del Centro de Salud Mental Comunitario “Nuevo Puerto”.
La especialista detalla que los adolescentes, especialmente entre los 12 y 15 años, son quienes más llegan al centro por cuadros de depresión y ansiedad. “Muchos adolescentes no identifican que necesitan ayuda. Son los padres quienes, al notar las señales, deciden buscar atención para ellos”, afirma Miranda.Aunque el estigma hacia la atención psicológica sigue siendo una barrera, la conversación sobre salud mental ha ganado espacio en los últimos años gracias a las redes sociales.
“En los últimos cinco años hemos visto que ya no es un tema tan tabú. Hoy hay mayor información y más difusión, especialmente hacia los adolescentes”, comenta la licenciada.
Sin embargo, este problema no siempre se traduce en una búsqueda temprana de ayuda. Según cuenta, muchos padres todavía dudan en llevar a sus hijos por miedo a lo que diga la gente o porque consideran innecesario acudir a un psicólogo.
“La principal barrera siguen siendo los propios padres. Influyen los comentarios externos y el estigma de pedir ayuda”, señala.El proceso de atención en el centro es integral. La evaluación incluye a un familiar, porque en algunos casos se requiere iniciar tratamiento con medicación. Un cuadro de depresión, por ejemplo, puede durar cerca de ocho meses en tratamiento.
«Muchas recaídas ocurren porque, hacia el cuarto mes, los pacientes se sienten mejor y abandonan la terapia antes de tiempo”, advierte.Las instituciones educativas también son clave para detectar casos, ya que son el primer espacio donde los jóvenes muestran cambios notables. “Las escuelas cumplen un rol fundamental como filtro y canal de derivación”, agrega.
En el Centro de Salud Mental Comunitario “Nuevo Puerto”, la atención es gratuita y está disponible para cualquier persona que lo necesite. El equipo está conformado por profesionales dispuestos a orientar, acompañar y tratar los problemas emocionales y psicológicos de la comunidad neo chimbotana.
Hablar de salud mental no es una debilidad; reconocer las señales y pedir apoyo son pasos valientes hacia el bienestar. “La salud mental importa, y está al alcance de todos cuidarla”, concluye Miranda.
Editor: Batsheba de la Cruz
Redactor: Estephano Mantilla