Un paraíso termal en medio de la naturaleza andina, perfecto para desconectarse y escapar del invierno costeño.
En estos días de frío en Chimbote, muchos buscan lugares donde escapar de la rutina y el clima. Una excelente alternativa poco conocida son las Aguas Termales de Aticara, ubicadas en el distrito de Corongo, en la sierra del departamento de Áncash y se encuentra a 2 614 metros sobre el nivel del mar. Este destino ofrece paisajes de ensueño, tranquilidad, contacto con la naturaleza y una experiencia inolvidable a bajo costo.
La ruta para llegar desde Chimbote es toda una aventura. El recorrido total toma aproximadamente cuatro horas y media, combinando viaje en auto hasta Corongo y una caminata de 5.6 kilómetros hasta las aguas termales. Por tan solo S/150, es posible cubrir los pasajes, alimentación, y algún recuerdo local.
El camino es también parte de la experiencia. Se recomienda hacer una primera parada en Vinzos, un pueblo muy conocido entre los chimbotanos por su tradicional causa de papa con escabeche. Más adelante, el viajero podrá disfrutar de la majestuosa vista del río Santa atravesando un tramo del famoso Cañón del Pato, un espectáculo natural rodeado de túneles y montañas.
Uno de los puntos clave del trayecto es Chuquicara, donde se encuentra el único grifo del camino, ideal para abastecerse de gasolina. Luego, el viaje continúa hasta llegar al «Velo de la Novia», una pequeña pero encantadora cascada que cruza parte de la Panamericana. Más adelante, el camino sigue bordeando túneles del cañón hasta llegar al puente Huarochirí, punto final de este tramo.
Después de cruzar varios paisajes andinos, se llega a una bifurcación con dos opciones: hacia La Pampa o hacia Sihuas. El camino hacia La Pampa es el que finalmente lleva a Aticara.Ya en la zona, el entorno invita a la desconexión total, una gran cascada y aguas termales formadas por un antiguo volcán dormido que calienta el agua de forma natural.
La experiencia se vuelve aún más auténtica si se opta por acampar frente a las aguas, aunque también existen buenas opciones de hospedaje en los alrededores.Los visitantes destacan la amabilidad de los pobladores locales, quienes brindan recomendaciones, historias del lugar y hacen sentir bienvenidos a los viajeros. Además, los pobladores comentaron que Aticara está empezando a recibir más visitantes, por lo que se viene impulsando un proyecto turístico comunitario: se implementará un ingreso controlado con cobro simbólico para el mantenimiento y limpieza del lugar, se instalarán puestos de comida típica y se ofrecerán servicios para los turistas que lleguen a la zona.
Sin duda, Aticara es un destino que está en crecimiento y que busca desarrollarse de forma ordenada, manteniendo su esencia natural. Para quienes buscan un plan distinto, accesible, saludable y lleno de aventura, este lugar representa una joya escondida que vale la pena descubrir antes de que se vuelva muy popular.
Redactado por: Samaria Jara
Editado por: Angelita Lucio