Lo que antes fue un espacio de recreación para niños y jóvenes hoy luce sucio, vandalizado y peligroso. Vecinos piden acciones concretas para recuperar este espacio deportivo.
Caminar por la zona de 21 de Abril, en el corazón del barrio, solía ser sinónimo de ver niños jugando, adolescentes encestando balones y familias pasando la tarde en torno a la emblemática cancha deportiva conocida como Barcelona. Sin embargo, esa imagen ha quedado atrás. Hoy, lo que se ve es una cancha descuidada, con paredes manchadas de grafitis, basura acumulada en las esquinas y un fuerte olor a orina que repele a cualquiera que desee acercarse.
«Esta cancha antes era el alma del barrio, pero ahora da miedo venir, sobre todo en las noches», comenta doña Teresa, vecina desde hace más de 20 años. “Antes mis nietos venían a jugar, ahora ni se acercan porque siempre hay gente tomando o haciendo cosas malas ahí”.
Las imágenes no mienten: el tablero de básquet está corroído, los muros están pintarrajeados con frases sin sentido, y las esquinas acumulan botellas rotas, latas de cerveza y hasta desechos humanos. El deterioro es más que visual; es un reflejo del abandono institucional y la falta de vigilancia.
Quienes viven en la zona aseguran que durante la noche grupos de personas ajenas al vecindario se adueñan del lugar. “Después de las 9 p.m., esto ya no es una cancha. Es un punto de encuentro para gente de mal vivir. Se escuchan gritos, música a todo volumen, y nadie hace nada”, señala Juan Carlos, joven estudiante que solía practicar fútbol ahí con sus amigos.
La falta de iluminación, sumada al descuido general, convierte a la cancha Barcelona en un foco de inseguridad. Padres de familia prefieren que sus hijos no salgan por temor a que se expongan a situaciones de riesgo.
Pese a ello, los vecinos no pierden la esperanza. Ya han elevado solicitudes al municipio para una limpieza integral y mayor patrullaje. Incluso hay jóvenes que se han ofrecido a pintar los muros y reactivar el espacio con campeonatos deportivos.
Autor: Cristofher Cruz Espinoza
Editor: Gadiel Sánchez Nunja