Montículos de desechos orgánicos permanecen durante días, afectando la imagen de la zona y generando olores insoportables.
A pocos metros de la comisaría de la urbanización 21 de Abril, en una de las esquinas más transitadas del sector, la acumulación de basura se ha convertido en parte del paisaje diario. Bolsas negras, restos de frutas, cajas, cartones y desperdicios de todo tipo permanecen expuestos durante horas, sin que el recolector municipal aparezca con regularidad.
El problema se agrava por la presencia constante de perros callejeros que hurgan entre los residuos, rompen las bolsas y esparcen la basura por la vereda, generando malos olores y un ambiente insalubre. La situación no solo afea el entorno, sino que representa un riesgo para la salud de quienes viven o trabajan cerca.
Los vecinos aseguran que no hay un horario claro de recolección y, en algunos casos, el camión de basura no llega a pasar durante varios días consecutivos. Mientras tanto, comerciantes, escolares y transeúntes conviven con la pestilencia y el desorden, justo en una zona que debería tener presencia permanente de las autoridades.
Autor: Cristofher Cruz Espinoza
Editor: Gadiel Sánchez Nunja